12.8.07

Re-corrido

Eres una chingona, me decía.
Y yo pensaba y tú eres un puto, pero no le decía por miedo a que me pegara. Aunque él jamás haría eso.
¡Es que tú eres tan bellaca que me vuelves loco!, gritaba en mi oído mordiéndome los labios.
Y yo enloqueciendo, miraba sobre mi espalda buscando alguna cámara escondida.
Pero nada. El abanico jodiendo, la tele en mute en un canalillo cursi; y el ejercicio fue duro recorriendo la casa repleta de arte hasta las seis de la mañana.
Todos saben que los artistas son los mejores amantes.

No tengo café, me dijo seco.
Le di 5 dólares y lo mandé a la mierda.

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